Hay veces que una vocecita dentro de nosotros nos anima a
hacer o decir cosas de las que luego nos arrepentimos. Y luego nuestra voz de la conciencia no para
de repetirnos "¿qué es lo que has hecho?", "¿por qué has hecho
eso?", "no deberías haber dicho eso", etc. ¡Pero no fuimos
nosotros!, nos excusamos, fue esa vocecita que oía en la cabeza, “la voz de la
estupidez”, que te impulsa a hacer cosas de las que sabes que luego te vas a
arrepentir, y luego, también escucharemos otra vocecita, la “voz de la
conciencia”, qué estará todo el día recordándotelo.
Sentirte idiota es eso, el pensar "lo sabía",
pero si sabías que te ibas a arrepentir, ¿para qué lo haces o dices? Esa es la
cuestión, y si lo has hecho/dicho es porque la voz de la estupidez ha podido
contigo.
No estoy hablando de no decir algo por temor o por miedo
a luego arrepentirse de haberlo hecho, no, en ese caso, hazlo, total, el no ya
lo tienes. Hablo de una idiotez que sabes seguro que te vas a arrepentir al segundo
de haberlo hecho/dicho. No arriesgas nada ni apuestas por algo mejor, no,
simplemente es una voz que te reta a ver lo tonto que puedes llegar a ser, y
bueno, como somos tan cabezotas, le hacemos caso, nos dejamos llevar... porque,
reconozcámoslo ¡qué bien sienta ese momento en que has soltado esa tontería!, te explayas
y qué a gusto te quedas!, aunque sea por
un microsegundo, eres feliz haciendo el tonto.
Y por ese microsegundo de felicidad por decir eso que no
tenías que haber dicho, te sentirás como un idiota el resto del día, qué digo,
de los siguientes dos días, o las dos próximas semanas, ya depende de la
profundidad de la idiotez realizada/dicha y de lo pesada que sea la voz de la
conciencia de cada uno, la mía lo es bastante.
Bueno, comencemos a divagar un poco de "las
voces" de nuestra cabeza.
“La conciencia hace que
nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a
falta de testigos declara contra nosotros.”
-Michel de Montaigne-
La verdad es que Montaigne tiene razón (ajá, me estoy
tomando la libertad de darle la razón a Montaigne), nos acusamos y nos
denunciamos, pero la conciencia es muy pesada, y nos hace sentir mal.
Pero la realidad es que está ahí para ayudarnos, ya que
es la voz de la moral y todo lo que nos "dice" es por nuestro bien.
Ha sido representada de muchas formas, una de ellas es la
personificación de la voz representada con un hombre que te apunta con el
dedo...también encontramos representada a la voz de la conciencia como el famoso
Pepito Grillo.
Yo personalmente
no me la imagino así, sé que soy yo misma, nadie externo, ningún hombre ni
grillo. Soy yo, y al igual sé que hay mucha contradicción en mi, bueno, en
todos.
Algo parecido a esto intenta explicar la película
"Del reves" (Inside Out), que
trata de explicar cómo funciona nuestro subconsciente en el cerebro,
personificando cada sentido, por qué sentimos asco, miedo, alegría,
tristeza e ira, es decir, cada una de las emociones básicas, utilizando para
referirse a ellas como diferentes personajes que disputan en nuestra cabeza.
Pero esto es diferente, yo estoy divagando entre la voz
de la estupidez y de la conciencia, del arrepentimiento quizás, Y de la voz que
nos lleva a ser tan tontos a veces.
Quizá se asemeje más al tema en cuestión el típico ángel y demonio
situados a cada lado de la cabeza, que
seguro lo habéis visto representado más de una vez. "Hazlo", dice el
demonio, "no lo hagas", contradice el ángel. Uno te lleva a hacer el bien y el otro el
mal. Te quieren arrastrar hacia el buen o el mal camino. Tú dudarás a cual hacerle caso, al deseo, al
impulso, o a la razón y recapacitación.
Pero esto tiene más que ver con hacer el bien o hacer el
mal. O con la típica contradicción “cabeza-corazón” la cabeza te dice una cosa,
el corazón otro. No puedes controlar los sentimientos pero sí tus actos.
Pero tampoco es eso a lo que me refiero, tampoco es un
demonio la voz de la estupidez de la que yo hablo, la que te lleva a hacer
cosas que te hacen sentir idiota, como por ejemplo meter el dedo en el gollete
de una botella para ver si lo puedes sacar luego, comprobar si tu cabeza cabe
entre los barrotes de una reja...cosas estúpidas.
Para mi somos muchos "Yos" el Yo juez, el Yo
idiota, el Yo bueno, el Yo malo… realmente siempre hay una lucha en nuestra
cabeza, está claro que en muchas personas suele predominar uno de estos “yos”,
teniendo un carácter muy marcado, pero creo que el equilibrio sería lo
correcto, que la balanza estuviera nivelada.
Lo que me he imaginado antes sobre la voz de la
estupidez, esa que te dice "hazlo", "háblale al whatsapp",
"entra en su facebook", "rebusca en la carpeta de hace 4 o 5
años para buscar una foto suya que sabes que luego no te va a dejar
indiferente, "dilo, abre la boca y opina de lo que no tienes la menor
idea", "di ese patazo en mitad de la clase", "siéntete
idiota", total...creo que me entendéis.
Pues yo me imagino a un pececito. Sí, la voz de la estupidez
tiene memoria de pez. Te hace hacer cosas y decir cosas que te harán sentirte
idiota luego, pero a la voz de la estupidez le da igual, pues se habrá olvidado
inmediatamente, y a los cinco minutos querrá que cometas otra estupidez. Pero
ahí estará la voz de la conciencia, nuestro juez, para salvarnos, y para decir
"ehh, quieto parao, que ya van muchos patazos por hoy", entonces el
"pescaito" se dormirá un rato... y nos dará tregua.
Esto también me recuerda a los vídeos de Youtube de gente
comiendo canela, y muchas más tonterías que hacen que demuestran que pensar no es su fuerte,
es un claro ejemplo de cómo la voz de la estupidez predomina en ellos...
Bueno, hasta aquí mi divagación. Hay muchos libros de
ética y filosofía que tratan este tema de la voz de la conciencia, la moral y
esa "voz interior" desde un punto de vista más experto, científico,
profesional para quien se le haya despertado curiosidad sobre el tema.
Yo, solo divago.